Cómo trabajo

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Primero de todo, antes del inicio de una primera visita, será necesario que el paciente firme el consentimiento informado, donde nos autorizará a realizar el tratamiento, tanto en el caso de adultos como de pequeños.

Es muy importante que el osteópata conozca bien al paciente y su motivo de consulta, por eso, durante la primera visita, haremos un interrogatorio (al que llamamos anamnesis) sobre su historial médico y el motivo de consulta.

Con toda esta información pasamos a la exploración, donde el osteópata analizará de forma global y analítica al paciente, realizando diferentes test y técnicas. Con esta información intentamos llegar a una hipótesis diagnóstica.

Y con todo esto ya pasamos al último apartado de la visita, que es el tratamiento. El osteópata, dependiendo de las características de cada paciente y su problemática, escogerá aquellas técnicas que considere más adecuadas para éste.

Tanto las técnicas de exploración como de tratamiento no suelen ser dolorosas, aunque en algún caso, alguna de ellas puede ser molesta, pero, personalmente, nunca trabajo sobrepasando la barrera del dolor.

Al final de la visita siempre haremos una breve explicación de lo encontrado y lo trabajado, posible pronóstico, recomendaciones, consejos… y resolveremos todas las dudas que el paciente tenga.

En una visita de control, es decir, todas las que vienen a continuación después de la primera visita, seguiremos la misma línea que en la primera, aunque el interrogatorio será mucho más breve, preguntando sobre sus síntomas y cómo se ha encontrado desde la anterior visita, pasaremos a la exploración y al tratamiento. Y al finalizar, igualmente, haremos una pequeña explicación y resolvemos dudas si las hay.